Si queremos entender por qué existen actos violentos debemos intentar entender las causas del fenómeno, por más que sean múltiples y complejas.
El diccionario dice que un acto violento "es aquel que se ejecuta contra el modo regular o fuera de razón y justicia".
La definición tan clara y concisa indica que, cuando se acomete una acción violenta, la legalidad es la que queda afuera de juego. ¿Qué entendemos por legalidad? Es la inscripción psíquica, exquisitamente humana, que permite situar y discernir aquello que sí se nos está permitido hacer y/o decir de aquello que de ninguna manera lo está.
Esta dimensión se vive internamente a través de una ley simbólica interna, que permite a las personas orientarse, establecer lazos regulados con los otros y, en definitiva, llegar a convertirse en un ser humano plenamente.
La ley simbólica se internaliza entre la temprana niñez y el final de la adolescencia. Pero para ello hay una condición indispensable: que los adultos que están involucrados en la crianza del niño, púber y/o adolescente puedan transmitirla.
A diferencia de lo que muchos piensan, eso no se hace a través de discursos uniformes, sino de actos.
Para que el chico incorpore la ley simbólica, necesita de los adultos. No sólo de los padres, sino también de quienes lo rodean en distintas instancias. Lo mismo se aplica a la sociedad en su conjunto: Estado, establecimientos educativos y la familia deben ser conscientes de esta responsabilidad.
En esta época, llamada a veces posmoderna, estamos asistiendo a una declinación en picada de la ley simbólica en todos los estratos mencionados.
Los ejemplos abundan: cada vez existen más chicos que viven en la calle o sin la atención de salud necesaria; en las familias y en los colegios se imponen "modelos" educativos descontextualizados; los padres desautorizan y desacreditan a la autoridad del maestro, y por último, cada vez más, en sentido amplio, todo "da lo mismo".
¿Por qué entonces nos extraña tanto que se cometan cada vez más actos violentos de todo grado y tenor si ellos, los niños, que están en pleno proceso de internalizacion de la ley simbólica ven como ésta declina entre quienes somos los únicos a los que nos cabe la responsabilidad de su crianza?
La autora, psicoanalista, es miembro fundadora y directora del Centro Dos.
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Por Miriam Mazover
Para LA NACION
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